El Observatorio IPA marcó que las pymes trabajan con menos del 60% de su capacidad. Su presidente, Daniel Rosato, advirtió que el plan financiero del Gobierno nunca se tradujo en alivio productivo. Al mismo tiempo, un informe de CEPA reveló una caída del poder adquisitivo y una fuerte merma en las ventas de supermercados
Las pequeñas y medianas empresas encendieron la alarma ante el derrumbe del consumo y sus efectos directos sobre la producción local. En su último relevamiento, el Observatorio IPA señaló que la capacidad instalada se encuentra por debajo del 60%, un nivel que consideran crítico para la industria nacional.
El presidente de los Industriales Pymes Argentinos (IPA), Daniel Rosato, aseguró que “el plan financiero del derrame nunca llegó y la crisis dejó casi sin respirar a las fábricas”. Según detalló, “de cada diez máquinas que hay en las fábricas, cuatro están paralizadas; las importaciones se multiplican y el Gobierno ya admitió que los próximos meses y años será una avalancha; el desempleo sigue creciendo; y la actividad industrial no deja de caer”.
El informe destacó que la utilización de la capacidad instalada industrial se ubicó en 58,2%, con un retroceso interanual de 1,5%. Entre los sectores más golpeados aparecen el automotriz (-8,1%) y los químicos (-5,8%). Desde IPA remarcaron además que en el último año y medio se perdieron 272.880 puestos de trabajo formales.
Rosato fue tajante al señalar que “nada sorprende, porque veníamos advirtiendo de que la ausencia de un plan que atienda a la microeconomía iba a tener consecuencias imposibles de manejar socialmente”. La entidad adelantó que se vienen meses de “alta volatilidad financiera y presión sobre el poder adquisitivo”.
El impacto también se refleja en las góndolas. El Centro de Economía Política Argentina (CEPA) reveló que entre noviembre de 2023 y el primer trimestre de 2025 la caída del poder adquisitivo de los asalariados llegó a 10,8%, lo que derivó en una merma de 7,4% en la facturación de los supermercados.
El estudio se realizó sobre la Encuesta Nacional de Gastos de los Hogares del Indec (ENGHo 17/18), ajustada a la inflación medida por el IPC del período, y puso el foco en los hogares del conurbano bonaerense.
Si bien hacia fines de 2024 y comienzos de 2025 se observó una leve mejora, en marzo de este año los ingresos todavía estaban 3,4% por debajo de noviembre de 2023. En paralelo, la facturación real de los supermercados, pese a un repunte de 1,3% respecto a 2024, sigue 7,6% por debajo de 2023 y 6,8% por debajo de 2022.
De acuerdo con CEPA, a cada trabajador bonaerense “le faltarían $138.427,3 por mes”, mientras que los tickets de supermercados acumularon una pérdida de $44.761,81 millones mensuales en valores constantes de marzo de 2025.
Los supermercados, que concentran el 22,7% del gasto de los hogares argentinos, también sintieron el golpe en sus balances: durante el primer semestre de 2025 facturaron $345.898 millones menos que en el mismo período de 2023, siempre medido en pesos de junio de 2025.
En cuanto al poder adquisitivo de los trabajadores registrados de la Provincia, el estudio calculó una pérdida de 7,3% entre noviembre de 2023 y septiembre de 2024. Al extender el período hasta marzo de 2025, la caída acumulada equivale a un ingreso no percibido de entre $1,4 millones y $2,2 millones por trabajador, según el índice utilizado. En total, la merma para los hogares bonaerenses se estima entre $2,98 billones y $4,7 billones