Crisis industrial: Fábricas paralizadas, despidos y reclamos por la falta de respuesta oficial

El exministro de Trabajo Juan Manuel Pusineri, advirtió sobre la pérdida de 12.900 empleos privados y criticó el aumento tarifario del gobierno provincial. “Faltan políticas activas para defender la producción”, sostuvo. Un informe de la Comisión de Asuntos Laborales expone una caída del 5,2% en la producción fabril.

El mapa laboral de Santa Fe atraviesa uno de los momentos más complejos de los últimos años. La recesión nacional, la retracción del consumo, la pérdida de empleos y la caída de la producción industrial conforman un escenario crítico, agravado —según advierte el exministro de Trabajo Juan Manuel Pusineri— por decisiones provinciales que “profundizan el deterioro en lugar de amortiguarlo”.

En diálogo con la prensa, el exfuncionario fue contundente: “En la Provincia los impuestos y servicios aumentaron entre un 400% y 700% en la actual gestión, mientras que los salarios registrados apenas superan el 200%. Este desfasaje castiga a trabajadores, pymes y comercios, retrae el consumo y termina impactando de lleno en el empleo.”

Pusineri señaló que los datos del último informe de la Comisión de Asuntos Laborales de la Cámara de Diputados, elaborado junto a una consultora, reflejan una tendencia preocupante: desde diciembre de 2023 se perdieron 12.900 empleos privados registrados en Santa Fe. “No alcanza con acusar exclusivamente al gobierno nacional, que evidentemente desarrolla un programa que no favorece la producción ni el trabajo. En la provincia también hay responsabilidad. Faltan políticas activas para defender la producción, y los incrementos desmedidos de tarifas son una muestra de esa ausencia”, sostuvo.

Tarifas, salarios y producción: el triángulo que tensiona la economía santafesina

Para el exministro, las asimetrías estructurales entre el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA) y el interior santafesino se agravaron en los últimos meses. Mientras el AMBA continúa recibiendo subsidios energéticos y de transporte, los costos para las industrias y familias del interior se dispararon: “Lo nuevo —dice Pusineri— es la magnitud del aumento. Cuando una empresa paga la luz o el agua un 600% más cara, deja de invertir o ajusta por el lado del personal.”

En ese contexto, la presión tarifaria provincial y la falta de incentivos fiscales se combinan con un escenario nacional contractivo. Santa Fe, motor productivo del país, es también una de las más afectadas por el freno industrial, con caídas en sectores emblemáticos y conflictos laborales en cadena.

“Necesitamos tarifas razonables, alivio a las pymes y una agenda coordinada con municipios y comunas. Hace falta pasar de los anuncios a las medidas concretas”, reclamó el exministro, que remarcó que la caída del empleo privado se da “en simultáneo con el aumento de la ocupación informal, la subocupación y la precarización laboral”.

La crisis industrial: un espejo que refleja la falta de reacción

Según el último reporte de la Federación Industrial de Santa Fe (FISFE), la actividad fabril cayó 5,2% interanual en julio de 2025, interrumpiendo la leve recuperación registrada el año anterior. El indicador desestacionalizado también retrocedió 3,3% respecto del mes previo, y el nivel de producción industrial se ubica más de un 10% por debajo de 2022.

Los sectores más golpeados son la molienda de oleaginosas, la industria automotriz, la maquinaria agrícola, la metalurgia y los frigoríficos, mientras que algunas ramas, como siderurgia, carrocerías y muebles, muestran leves mejoras. Sin embargo, el 58% de las ramas industriales provinciales registran caídas interanuales.

La FISFE atribuye la situación a “la prolongada debilidad económica, los altos costos financieros y la desfavorable dinámica del comercio exterior”, donde las exportaciones manufactureras cayeron 4,6% en volumen y las importaciones de bienes de consumo aumentaron un 39,3%. Un cóctel explosivo que golpea especialmente al cordón industrial santafesino.

Focos de conflicto: del norte algodonero al sur metalúrgico

El mapa de la conflictividad laboral en Santa Fe es amplio y diverso. Desde la frontera con Chaco hasta el cordón industrial del Gran Rosario, los conflictos se multiplican.

➤ Frigorífico Euro S.A. (Villa Gobernador Gálvez)
La empresa despidió a casi 50 operarios sin previo aviso y cerró temporalmente su planta, generando una protesta frente al establecimiento. Los trabajadores denuncian falta de pago y ausencia de mediación oficial.

➤ Algodonera Avellaneda (norte provincial)
En concurso preventivo, la compañía opera al 25% de su capacidad y acumula atrasos salariales. El ingreso de productos importados y el contrabando agravan la crisis. Más de 400 empleados están bajo amenaza de suspensión.

➤ Lácteos Verónica (Lehmann)
La planta paralizó actividades por atraso salarial: los empleados reclaman deudas equivalentes a 5 o 6 millones de pesos por persona. El procedimiento preventivo de crisis no tuvo avances y el futuro es incierto.

➤ Sancor (Sunchales)
La emblemática cooperativa láctea sigue en concurso de acreedores. Los 900 trabajadores cobran parcialmente y la empresa no logra procesar los volúmenes mínimos necesarios para sostener su operación.

➤ Celulosa Argentina (Capitán Bermúdez)
Con más de 650 trabajadores, la planta permanece paralizada hace tres meses. La firma declaró “quiebra técnica” con pérdidas superiores a $170.000 millones y busca socios o compradores para evitar el cierre definitivo.

➤ Metalúrgicas del cordón sur y Villa Constitución
La UOM advierte que la producción de acero se redujo a la mitad desde la asunción de Milei, con más de 5.000 puestos perdidos entre suspensiones y despidos. “Estamos produciendo 600 mil toneladas cuando antes eran 1,2 millones”, alertaron desde el gremio.

Responsabilidad compartida y agenda pendiente

Pusineri, que conoce de cerca la estructura productiva santafesina, insiste en que el problema no puede explicarse solo por el ajuste nacional: “El Estado provincial debe tener una política laboral activa, acompañar a las industrias en crisis y proteger los puestos de trabajo. Cuando se elige aumentar tarifas o dejar sin presupuesto a los programas de empleo, también se está tomando partido.”

El exministro plantea un desafío que excede los colores políticos: articular una agenda de emergencia productiva y laboral entre la Nación, la Provincia y los municipios. “Santa Fe no puede resignarse a perder su liderazgo industrial. Si no se equilibra la ecuación entre salarios, tarifas y producción, el daño será estructural.”

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