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Comenzó el juicio al policía que se infiltró en la Agencia Walsh y espió a organizaciones sociales

Balbuena fue periodista activo en la agencia popular «Rodolfo Walsh», desde 2002 hasta 2013, momento en el cual se descubrió que también era integrante del denominado Cuerpo de Investigaciones de la Policía Federal

El juicio contra el agente de la Policía Federal Américo Balbuena, que permaneció 10 años infiltrado como periodista en la agencia de noticias “Rodolfo Walsh”, acusado de realizar “espionaje político” y “obtener información para brindaba a la Federal”, comenzó este martes en los tribunales de Comodoro Py, en el barrio porteño de Retiro.

“Es un caso paradigmático, se habla de los servicios como cuentapropistas, pero este caso demuestra que no, que hay cuerpos de inteligencia organizados que se dedican al espionaje político y es lo único que hace en la federal”, sostuvo en declaraciones a Télam la diputada nacional del Frente de Izquierda y los Trabajadores (FIT-U) y querellante en la causa Myriam Bregman, previo al inicio de la audiencia a cargo del Juez Daniel Rafecas.

Balbuena fue periodista activo en la agencia popular “Rodolfo Walsh”, desde 2002 hasta 2013, momento en el cual se descubrió que también era integrante del denominado Cuerpo de Investigaciones de la Policía Federal.

En la agencia el espía se encargó de entrevistar a miembros de organizaciones sociales como la Agrupación de Familiares de Ex Detenidos Desaparecidos, partidos políticos -el PTS- y organizaciones estudiantiles como la Federación Universitaria de Buenos Aires (FUBA).

En el banquillo de los acusados están Balbuena y sus exjefes de la Policía Federal Alejandro Sánchez y Adolfo Ustares. Los tres están denunciados por presunta “violación de los deberes de funcionario público”.

Balbuena se infiltró en una agencia de noticias, trabajo incompatible con su función de policía según la Ley de Inteligencia.

El juicio que comenzó hoy tendrá dos audiencias más: una mañana a las 9.30 y la última el jueves próximo a las 12, en la Sala A de Comodoro Py. Los fiscales actuantes son Carlos Stornelli y Ariel Quety y por parte de la querella están también Matías Aufieri, Liliana Mazea y Carlos Platkowski.

El acusado no pudo mirar a la cara al exdirector de la agencia y su amigo por más de una década, Rodolfo Grinberg, cuando este declaró frente al juez Rafecas y lo acusó de haberse infiltrado en el medio popular para usarlo de vehículo para “espiar organizaciones populares”.

“Los subterráneos de la democracia siguen existiendo”, dijo Grinberg.

“Tuvimos un policía por más de diez años infiltrado haciéndose pasar por un compañero. Prueba que los subterráneos de la democracia siguen existiendo, queremos que para la gente quede claro quiénes eran estos tipos, éramos el vehículo para que él pudiera espiar organizaciones populares. Pretendíamos jugar del lado del pueblo, y teníamos a un tipo que estaba jugando en contra”, denunció Grinberg en diálogo con Télam.

Según explicó el exdirector de la agencia Walsh, empezó a sospechar del policía cuando la periodista Miriam Lewin -actual Defensora del Público- le informó que Balbuena era miembro de esa fuerza de seguridad.

“No lo podía creer porque para mí era mi amigo. Toda la familia lo considera un amigo, lo invito a mi casa y lo confronto y su respuesta no fue positiva, pero la expresión de su cara me mostró que era cierto que estaba infiltrado haciendo un laburo de su inteligencia”, recordó Grinberg durante su exposición en la Sala A del Tribunal.

Balbuena se mantuvo impávido con la vista baja mientras Grinberg contó al tribunal como se sintió “vulnerable” al darse cuenta que quien pensaba que era un amigo “era un policía”.

La defensa de los integrantes retirados de la Policía Federal pidieron nuevamente la nulidad del juicio, alegando que es un “delito” develar información de un agente secreto porque “la ley establece que la violación del secreto es un delito”.

Además, también pidieron la finalización del juicio porque consideraron que ya había terminado “el plazo razonable” para que los acusados sean juzgados. Ambos pedidos fueron negados por Rafecas.

Tanto Balbuena como su exjefe Ustares se negaron a declarar a esta altura del proceso, mientras quien si tomó la palabra fue el excomisario Sánchez.

Sánchez sostuvo que Balbuena cumplía “tareas de relevamiento y de inteligencia” y aseguró que “no conocía que trabajaba en la Agencia Walsh”.

“Era un oficial mayor, y como tal manejo las tareas administrativas y disciplinados. No conocíamos que trabajaba en la agencia Walsh, solo sabíamos que se había recibido de periodista”, alegó el policía retirado.

Además, aseguró que la tarea de su área implicaba “garantizar el derecho a la protesta” y eso llevaba a que se acercaran a “cualquier organización”.

Sin embargo, aseguró que se acercaban a las organizaciones como forma de “cooperación” con asistencia de personal policial.

Los abogados de la causa aseguraron en una conferencia de prensa hoy a las 10:30 horas, previo al inicio del juicio, que es importante “dar cuenta del accionar institucional por parte del cuerpo”. Por este motivo, es relevante que comparezcan los dos jefes de Balbuena.

“Nos parece importante llegar a un juicio después de 10 años, después de trabas y de intentos de tirarla abajo”, dijo Aufieri.

En la conferencia, el exintegrante de la agencia Oscar Castelnuovo recalcó que “hubo una directiva del Estado Nacional” y que los responsables políticos están en “la gerencia del Estado”.

Los espías “están en todas las organizaciones populares, nosotros que éramos menos de diez, teníamos uno”, cerró el periodista.

La agencia Walsh se disolvió dos años después del descubrimiento de Balbuena, ya que sus miembros abandonaron por temor a represalias por parte de las fuerzas de seguridad por su trabajo periodístico.

 

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