Tras confirmarse la prisión preventiva de tres comisarios que se dedicaban a robar, el ministro de Seguridad convocó a la cúpula de la institución y a los jefes de las 19 unidades regionales. «Fue un hecho muy grave», dijo el funcionario a El Litoral, y prometió que serán «implacables» con los uniformados infieles.
La desarticulación de la denominada «banda de los comisarios» y la detención de tres funcionarios policiales de alto rango que robaban propiedades con armas y hasta con los patrulleros de la institución, generaron un cimbronazo en las fuerzas. Tanto, que el Jueves Santo, a pesar del asueto administrativo, la cúpula y plana mayor de la policía convocada por el ministro de Seguridad, Claudio Brilloni, analizaron la situación durante cinco horas. Asistieron los Jefes de las 19 Unidades Regionales, el Jefe y Sub jefe de la policía provincial más los directores de la institución. Un repaso de gestión pero sobre todo, una arenga del ministro frente a una fuerza golpeada otra vez por los gravísimos hechos de corrupción denunciados, y otros tres funcionarios policiales presos.
En diálogo con El Litoral, Brilloni dijo que todos los jefes fueron escuchados, y confirmó que el sentido del encuentro fue advertir que serán «implacables» con los uniformados infieles.
– ¿Cuál fue el objetivo del encuentro del jueves?
– Fortalecer los lineamientos de la gestión del año 2023 en el sentido de afianzar el fortalecimiento institucional de la policía que no sólo se refiere al bienestar del personal y a propiciar las maneras adecuadas de trabajo, sino también a los controles necesarios para evitar la corrupción de algunos funcionarios policiales en hechos como los que hemos tenido la semana pasada. En este sentido, volvimos a bajar pero ya en un marco más formal, el mensaje de que vamos a trabajar y de que seremos implacables con quienes se apartan de la ley. Si bien es cierto que hemos comprobado día a día el compromiso de muchos efectivos con la incautación de armas, con la captura y detención de personas más el esclarecimiento de hechos graves como los homicidios, este tipo de episodios (los de corrupción) que tanto lesionan y debilitan a la institución, no los podemos permitir.
– ¿Fue un cimbronazo lo sucedido la semana pasada?
– Sí, si bien a nosotros no nos sorprendió porque había una investigación en curso; estábamos esperando el momento oportuno para poder proceder y que se dieran las cuestiones pertinentes desde la investigación judicial. Hay que ser muy cautelosos para no comprometer la investigación. Pero sí, fue un hecho muy grave y no lo vamos a permitir. La gente espera de nosotros lo mejor y no es justamente esto.
– ¿Cuál fue la reacción de los jefes?
– Lo tomaron de manera positiva; tanto a los jefes como a los oficiales de rango medio con quienes he conversado, les preocupa y los pone mal esta situación. Pero el entusiasmo y las ganas de seguir trabajando en pos de una institución noble, no se pierden. Aún así, este tipo de hechos repercute en sus sentimientos hacia una institución que se alimenta de la vocación de sus hombres y mujeres. Ésta es una situación negativa de la que han tomado debida nota, como también toman nota de la decisión de este gobierno de no tolerar estas conductas. Es más, la investigación la hicieron los propios policías.
– Usted dice que van a ser implacables ¿Qué van a hacer?
– Vamos a actuar con la justicia para que cada uno tenga lo que le corresponda. A quien delinque, le corresponderá la cárcel. Si una persona viste el uniforme y procede de manera ilegal, debe ser tratada como un preso y será puesta a disposición de la justicia para que quede claro que si se actúa mal, pagará las consecuencias.
– ¿Cuál es su balance de gestión a dos meses de haber asumido?
– No estoy todavía conforme con el funcionamiento del programa de entrenamiento y reentrenamiento del personal. He detectado algunas faltas sobre todo en el polígono de tiro. Insistí con eso; trato no de estar en todas partes, pero sí de supervisar y acompañar todas las actividades policiales siempre con un enfoque estratégico. Sé que los resultados esencialmente en lo que hace a la formación, se verán en el futuro. Eso es lo que queremos dejar; una institución fortalecida, entrenada, capacitada y que esté a la altura de las circunstancias. Porque se vienen tiempos muy difíciles. Esto no se termina con el esclarecimiento de un homicidio. Estamos viviendo una sociedad donde la agresividad está instalada y esto se exacerba en los barrios de mayor vulnerabilidad. Tenemos que dejar una policía entrenada, formada, fortalecida y equipada porque lo que se viene, insisto, va a ser tan complejo como lo que estamos viviendo ahora. Los funcionarios infieles son los menos; es grave. Pero con la policía que tenemos, si ajustamos algunos aspectos, se puede.