La segunda etapa del proyecto “Entornos a Melincué” arrojó datos sorprendentes y valiosos. Además de encontrar más rastros de inhumaciones, se logró detectar un patrón de entierro. Ahora se sabe que no es una fosa común. Destacan el valor arqueológico e histórico del lugar y la necesidad de protegerlo.
Tal como anticipara El Litoral a fines de septiembre pasado, culminó la segunda etapa del proyecto “Entornos de Melincué”, donde un equipo de investigadores y estudiantes del Centro de Estudios Interdisciplinarios en Antropología de la Universidad Nacional de Rosario (UNR) y del Museo Gallardo realizaron excavaciones arqueológicas, en lo que se considera uno de los sitios históricos de mayor importancia de la provincia de Santa Fe y que fuera el Fuerte Virreinal de Melincué.
Ahora, se conocieron conclusiones de los investigadores en cuanto a los hallazgos realizados y lo surgido es sumamente interesante y valioso tanto para Melincué como para todo el sur santafesino y la provincia. Además de la posibilidad de estar ante el asentamiento más antiguo de Santa Fe, ahora surge que el hallazgo de lo que sería la capilla del Fortín, con un enterratorio, serían similares a los relevados en el Fuerte Sancti Spiritu, de Puerto Gaboto y al de Cayastá.
Enterramientos
En la primera etapa del proyecto, en junio, se había descubierto el entierro de 5 individuos. Ahora, avanzados los trabajos, esa cifra aumentó a 25.
Entre los detalles que dieron los integrantes del equipo de excavación, este es “sin dudas, uno de los sitios históricos más importantes de Santa Fe a nivel arqueológico e histórico, comparable con Cayastá o Gaboto. Este sitio aportará información científica de calidad que seguramente va a ser utilizada por las escuelas”, informó Germán Giordano, antropólogo de Hughes actualmente radicado en Rosario en una entrevista realizada por el vecino Armando Senese y publicada a través de sus redes sociales.
Además, Giordano destacó que el lugar también podrá ser aprovechado por el turismo de la región, “ya que aquí estamos encontrando lo que fue el Fuerte Virreinal ubicado en la zona de Melincué y se ha constituido como un lugar de frontera con las comunidades indígenas que vivieron hace miles de años en este lugar. Estamos profundizando en la investigación para que este patrimonio cultural se conserve y se ponga en valor”.
En cuanto a las especificaciones de los nuevos descubrimientos, se supo que la disposición de los cuerpos que se encontraron es de manera extendida, con los huesos articulados anatómicamente. Los cráneos se encontraron ubicados hacia el Norte y los pies hacia el Sur. Entre los individuos se pudieron reconocer hombres y mujeres de diferentes edades y se constató que “todas las inhumaciones corresponden a entierros primarios individuales, es decir que se pudo ubicar la fosa de inhumación de cada individuo y que el lugar de entierro es el original del momento de la muerte”, añadió Giordano.
Conservar el patrimonio
Juan David Ávila, profesional del Centro de Estudios Interdisciplinarios en Antropología de la Facultad de Humanidades y Artes de la UNR enfatizó que, con el proyecto “Entornos Melincué” se busca, además del apoyo logístico de las comunas, la valoración y el rescate del patrimonio, y eso tienen que ver con el cuidado de este lugar. “Estamos generando políticas de protección sobre este espacio que tiene mucha importancia regional”, aseguró, destacando que se está pensando entre todos los actores de qué manera hacerlo.
“Hay dos tipos de protección -explicó Ávila- uno es desde la legislación y otro es un cuidado que tiene que ver con la apropiación del sitio. Si uno viene a conocer este lugar, debe saber y respetar que hay lugares a los que se puede acercar y otros que no; no levantar material, porque es importante para tener una idea del contexto de hallazgo y todo elemento sirve para entender sobre que fue pasando aquí. Aconsejamos cuidar esto entre todos”.
Inhumaciones con patrón
Irene Greco, antropóloga integrante del equipo de profesionales que trabajó en la zona, explicó que en esta etapa se centraron en el extremo norte del recinto que ellos entienden fue la capilla del Fortín de Melincué. “Estuvimos intentando comprender cómo fueron los entierros que fuimos encontrando para poder saber las relaciones de temporalidad, como se van conectando entre sí y demás”, aseguró la antropóloga.
También subrayó el hecho de saber, a raíz de lo encontrado hasta aquí que “no se trata de una fosa común, sino que cada individuo encontrado tiene su enterramiento individual. Si bien se van tocando los cortes de inhumación, podemos ver las relaciones de temporalidad para establecer cuál fue enterrado primero”.
Por otro lado, Greco anticipó que se están “extendiendo hacia el sur, encontrando nuevos enterramientos, pero con una especie de patrón de inhumaciones, donde tenemos un individuo y el siguiente que está a su lado se encuentra a nivel de las rodillas”, aunque se sinceró en que “lo raro, y que nos está poniendo un poco ‘locos’, es que no estamos encontrando ningún tipo de materialidad; solo un fragmento cerámico. Queremos finalizar con una idea de que llevó a que estas personas estén enterradas acá y los detalles y tratar de ubicarlos en un momento temporal”.