La cosecha de soja y maíz toma forma en un contexto de incertidumbre productiva, ataque de plagas y un clima impredecible

Los temporales y el impacto de la ola de calor se hacen sentir en los rendimientos de los cultivos. En el caso del maíz, hay dudas entre los productores por el impacto que podría tener la reaparición de la plaga denominada “chicharritas” en el cultivo.

La recolección de soja dio sus primeros pasos durante la última semana con el avance de las cosechadoras sobre la zona agrícola núcleo registrando buenos rendimientos en los planteos de primera.

La cosecha de maíz, por su parte, aceleró su progreso tras una pausa en las lluvias con un rinde promedio alto en algunas regiones, aunque con una fuerte incertidumbre entre los productores respecto al impacto que podría tener la reaparicón de la plaga denominada “chicharritas” en el cultivo.

Según la Bolsa de Cereales de Buenos Aires (BCBA), en los últimos siete días comenzó la cosecha de soja sobre el área denominada “núcleo norte” que comprende al centro-sur de Santa Fe, centro-este de Córdoba y centro-oeste de Entre Ríos, con rindes que varían entre los 30 y 45 quintales por hectárea (qq/ha).

En el caso del “núcleo sur” (norte de Buenos Aires y sur de Santa Fe) los rindes se posicionaron entre 37 y 52 qq/ha.

Si bien la ola de calor que se registró a finales de enero y principios de febrero y los temporales de marzo afectaron al cultivo, las lluvias que se dieron desde mediados de febrero a la fecha fueron beneficiosas para la oleaginosa y le dieron cierta estabilidad productiva.

No obstante, en algunos casos puntuales -en los partidos bonaerenses de 9 de Julio, Bragado y Saladillo- se produjeron pérdidas totales a causa de fuertes tormentas de vientos y granizo.

En este marco, las últimas estimaciones de la BCBA hablan de una proyección de producción de 52,5 millones de toneladas de soja, mientras que en la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR), hablan de 50 millones de toneladas.

Más allá de esta leve diferencia, en ambos casos, de concretarse estas previsiones, el volumen obtenido más que duplicaría al registrado en la campaña posada.

Algunas estimaciones no son tan optimistas

Este es el caso de la encuesta SEA del Movimiento CREA, que releva la opinión de casi 1.500 productores y empresarios del sector: el trabajo estimó una producción de soja de en torno a las 47,2 millones de toneladas, tras realizar un ajuste en los rendimientos del 2,3% en los planteos de primera y del 3,3% en los de segunda, como consecuencia de los temporales y el impacto de la ola de calor.

Diferente es el caso del maíz, donde el mayor peligro que se visualiza en estos momentos es la afectación al cultivo por parte de la enfermedad Siproplasma, contagiada por la “chicharrita del norte” y “chicharrita del maíz”, un pequeño insecto natural del norte del país, pero que como consecuencia de las altas temperaturas de febrero y la mayor proporción de maíz tardío implantado, descendió hacia el centro del área agrícola, generando gran afectación en el cereal, ya que imposibilita el desarrollo de los granos de choclo.

De hecho, el trabajo de CREA reveló que el 20% de los productores consultados aseguraron que fueron afectados por la epidemia de Spiroplasma, que junto a los inconvenientes climáticos, generaron una caída en el rendimiento promedio nacional del 6,1% , por lo que ahora se espera una cosecha de 51,5 millones de toneladas, 2,5 millones de toneladas por debajo de lo que espera la BCBA (54 millones de toneladas) y 5,5 millones menos que lo que proyecta la BCR (57 millones de toneladas), aunque ambas entidades bursátil ya ponen en duda la estabilidad de sus previsiones productivas.

Para poder entender y obtener un panorama más completo respecto a la severidad del problema de la chicharrita y la enfermedad viral que afecta a las plantaciones de maíz, es necesario ver el último informe de la Bolsa de Cereales de Córdoba (Bccba).

La provincia mediterránea es la mayor productora del grano amarillo a nivel nacional y se espera, según cálculos de la entidad bursátil mediterránea, que este año aporte unos 23,2 millones de toneladas.

El dato a tener en cuenta es que este volumen fue puesto en duda por la mismísima entidad, ya que su último trabajo advirtió que el 84% del maíz tardío implantado “está en jaque” por el Spiroplasma, lo que abre un signo de interrogación respecto a la producción final de maíz de la actual campaña.

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