En cambio, el bono que la Anses les dará el próximo mes a los jubilados con la mínima será de solo 70.000 pesos. De cuánto será la pérdida real de ingresos acumulada en el trimestre.
El bono que dará la Anses en marzo a los jubilados que reciben el haber mínimo quedará más de 50.000 pesos por debajo del que debería otorgarse para que estos no pierdan ingresos reales frente a la inflación acumulada en el último trimestre, como parte del plan de ajuste a los haberes anticipado en diciembre pasado.
El miércoles de la semana pasada, el ministro de Economía, Luis Caputo, reveló que el bono que cobrarán en marzo los jubilados que reciben el haber mínimo será de 70.000 pesos, tal como fue finalmente oficializado por un decreto del presidente, Javier Milei, el último viernes.
De este modo, el Gobierno resolvió, luego de tres meses, aumentar finalmente el monto extra que se le viene otorgando a titulares de jubilaciones y pensiones con la mínima o cercana a la mínima desde hace más de dos años, como forma de compensar el atraso real que hubieran tenido los haberes debido a la fórmula actual, aprobada por el Congreso a iniciativa del gobierno de Alberto Fernández a fines de 2021, ya que esta no tiene en cuenta la inflación sino, en partes iguales, la recaudación de Anses y el incremento de los salarios promedio.
Según lo definido por Milei, el bono representa un 27,27% de aumento frente al monto de 55.000 pesos que tenía hasta el momento. Es decir, una suba prácticamente análoga al aumento que tendrá el próximo mes el haber base, de un 27,18%, que lo llevará a 134.446 pesos. Así, ningún jubilado cobrará en marzo menos de 204.446 pesos, ya que quienes reciban más que el haber cobrarán un bono proporcional hasta llegar a ese valor.
Sin embargo, el aumento llega tras el congelamiento de los ingresos de los jubilados durante tres meses, debido a que en diciembre, cuando se otorgó el aumento previo por la ley de movilidad, el bono también había sido de 55.000 pesos, al igual que en enero y en febrero.
Al contrario, la inflación fue en diciembre de un 25,5% según el Indec, la más alta en 32 años, mientras que en enero trepó al 20,5%. Para febrero, las consultoras y bancos esperan, en promedio, una suba de precios del 18,2%, según el último Relevamiento de Expectativas del Mercado (REM) elaborado por el Banco Central.
Por ello, el aumento del bono quedará muy por detrás de la inflación del trimestre previo. Según estimó para El Destape la economista del CEPA Carolina Berardi, teniendo en cuenta esta estimación de la suba de precios de un 18% del REM para febrero, el bono a otorgar en marzo debería ser de 121.386 pesos para que los jubilados puedan recuperar el poder adquisitivo perdido en los últimos tres meses. Es decir, de 51.386 pesos más que el que realmente será entregado.
Al contrario, con el bono de 70.000 pesos que cobrarán los jubilados de la mínima en marzo próximo, la pérdida real del haber básico será de un 20% desde diciembre, agregó la propia Berardi. De hecho, tal como viene sucediendo en los últimos meses, un jubilado que cobra la mínima, como es el caso de aproximadamente el 65% de los titulares, con toda seguridad quedará en marzo por debajo de la línea de la pobreza. Esto se debe a que la Canasta Básica Total de enero quedó en 193.000 pesos para una persona, con lo que una inflación de solo el 5,7% en febrero la llevaría por encima de los 204.446 pesos de la jubilación mínima (con bono) el mes próximo.
La continuidad de la fórmula vigente desde 2021 se debe a que el Gobierno decidió retirar de la ley ómnibus (previo a la caída del proyecto) una nueva fórmula de movilidad que estaba indexada a la inflación (que, sin embargo, hubiera supuesto una pérdida real para los jubilados por no tener en cuenta la inflación de enero y febrero).
En definitiva, la suba de los bonos por debajo de la inflación no es otra cosa que una decisión política, ya que su monto, justamente por ser un bono es discrecional. Se trata, al fin y al cabo, de la ejecución del plan oficial de ajustar el gasto previsional en un 0,4%, tal como anticipó el propio Gobierno en diciembre pasado, con el objetivo de alcanzar la meta de déficit cero.