La tumba del beato de origen indígena se ubica en el Paraje San Ignacio, acceso Ruta 40, Kilómetro 2294, Comunidad Namuncurá, Neuquén.
La Comunidad Lof Namuncurá solicitó este lunes al Instituto Nacional de Asuntos Indígenas (INAI) que se declare «sitio sagrado» al «kultrun» o santuario ubicado en la provincia de Neuquén, donde descansan los restos del beato Ceferino, uno de los hijos de Manuel Namuncurá, líder mapuche que luchó contra la llamada Conquista del Desierto.
En tanto, la comunidad avanza ante las autoridades de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP) los trámites para restituir a dos ancestros de la comunidad Namuncurá que se encuentran en el Museo de la Plata.
«Dra. Magdalena Odarda, solicito se declare Sitio Sagrado al espacio donde descansan los restos de Ceferino Namuncurá, hijo del gran Lonko Manuel Namuncurá y nieto del Toki Calfucurá», se lee en la nota firmada por Gustavo Namuncurá en su carácter de Capitán cona (guerrero) de la comunidad, presentada hoy al INAI.
El Kultrum donde descansan los restos se ubica en el Paraje San Ignacio, acceso Ruta 40, Kilómetro 2294, Comunidad Namuncurá, Neuquén.
En el escrito, se pide además que «se declare Sitio Sagrado al Cementerio Comunitario ubicado en la Comunidad Namuncurá, sector Costa del Catan Lil, mismo acceso que el kultrum previamente mencionado. En él descansan los restos de varios referentes de la Dinastía y linaje de los Piedra, como también varios referentes comunitarios y sociales, entre ellos Rosario Burgos, madre de Ceferino Namuncurá».
La nota destaca que ambos sitios «son visitados diariamente por muchos seguidores de mi Malle (tío) Ceferino Namuncurá. Y otras personas interesadas en conocer más sobre nuestra historia y cultura. Es de gran importancia para nuestro pueblo, cultura y tradiciones, que se respete su espacio otorgando el valor de Sitio Sagrado. Declararlo así nos significa una re-estimación de nuestras creencias».
Consultado al respecto, el antropólogo del INAI, Fernando Pepe, explicó a esta agencia que están «recibiendo numerosos pedidos de reconocimientos de las sepulturas de ancestras y ancestros indígenas como sitios sagrados de las comunidades, entendiendo que cada declaración señala un hito de resistencia comunitaria».
«En la mayoría de los casos son entierros muy antiguos que por su carácter de sagrados lograron preservarse hasta fines del siglo XIX, cuando comienza los saqueos a los mismos. Durante miles de años estuvieron a la vista de todos donde se les ofrendaba, pero luego del genocidio roquista comenzaron las profanaciones», detalló.
Explicó que «en otros casos son entierros modernos, pero no por ello con menos derecho a protección y respeto, como en cualquier cementerio de todas las religiones es deber del Estado protegerlos».
Además, el antropólogo adelantó que están muy avanzadas las tratativas para que el Museo de la Facultad de Ciencias Naturales de la Universidad de La Plata restituya a esta comunidad los restos de dos ancestros de la tribu Namuncurá.
Se trata de dos conas (guerreros) que pertenecían a las comunidades conducidas por el Toki (jefe de jefes) Calfucurá y que integran las colecciones de restos humanos del Museo de la Facultad de Ciencias Naturales, de la Universidad Nacional de La Plata, a la Comunidad Mapuche de San Ignacio, en Neuquén, confirmaron las autoridades del organismo.
Los restos fueron rotulados en el museo como «Cráneos Nº 134 y Nº 135 de la Tribu de Namuncurá», quién es el hijo del Toki Calfucurá y hereda el mando a su muerte de numerosas comunidades hasta su captura en 1884, y pertenecen a una de las colecciones más antiguas del Museo de La Plata, que contiene 300 cráneos de hombres y mujeres originarias de Patagonia.
Gustavo Namuncurá, capitán cona de la Comunidad Mapuche de San Ignacio, explicó a Télam que «restituir los restos de nuestros antepasados a los lugares que pertenecen, no solo demuestra que estamos en el camino de la armonía, sino que construye una sociedad más justa y alejada de tanto dolor producido por el genocidio hacia nuestra gente».