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Salarios registrados perdieron ante la inflación en 2022 y llevan cinco años de caída

La pérdida del Ripte durante el año pasado no solo tuvo que ver con la disparada de precios, sino también con la demora que sufrieron los acuerdos paritarios acordados en tramos. Santa Fe pone primera en las negociaciones partiarias

Los datos de Remuneración Imponible Promedio de los Trabajadores Estables (Ripte) que contabiliza el Ministerio de Trabajo de la Nación, mostraron una mejora durante diciembre en relación a la inflación, pero el leve repunte no bastó para ganarle al acumulado de precios a lo largo de 2022. El salario real de los trabajadores lleva cinco años consecutivos en retroceso, sin poder ganarle a la inflación.

El Ripte es la remuneración promedio sujeta a aportes al Sistema Integrado Previsional Argentino (Sipa) que perciben los trabajadores que se encuentran bajo relación de dependencia. Durante el último mes del año pasado el indicador subió un 5,4%, superando al 5,1% de inflación, pero no alcanzó: los ingresos del sector registrados presentaron una caída real del 2,8%.

Si bien el Ripte no refleja necesariamente la evolución de los salarios del empleo registrado privado, es un indicador determinante para el cálculo de la movilidad jubilatoria del Régimen General del Sistema Integrado Previsional Argentino (SIPA) y en el cálculo de las indemnizaciones por accidentes de trabajo. Considera los salarios de los puestos de trabajo del sector privado y del sector público nacional, provincial y municipal que hayan transferido sus cajas previsionales Sipa y solo cuantifica los componentes remunerativos del salario.

La pérdida del Ripte en su carrera frente a la inflación durante el año pasado no solo tuvo que ver con la disparada de precios, sino también con la demora que sufrieron los acuerdos paritarios. Es que a comienzos de 2022 la mayoría de los gremios se sentó a negociar exigiendo un piso de aumento del 40%, algo cercano a lo que estimaban como dato de inflación desde el gobierno nacional.

Con la disparada de precios internacionales y las dificultades que generó a mitad de año la salida de Martín Guzmán del Ministerio de Economía, la inflación dio un salto que echó por tierra todas las estimaciones y acuerdos salariales de principios de año. Con el correr de los meses los sindicatos más importantes se sentaron a negociar con las patronales, pero para ese entonces el impacto sobre salarios ya era un hecho.

Sobre fin de año la mayoría de los gremios lograron acuerdos más cerca del 95% de inflación interanual, pero el problema radica en que muchos de esos acuerdos todavía no se hicieron efectivos y recién tendrán impacto en los primeros meses de este año. Es el caso de Empleados de Comercio, que logró un incremento acumulado del 100% que se concretará en marzo de este año, algo similar a lo que sucede con Camioneros.

La pérdida hacia atrás y lo que viene
La pérdida del Ripte durante diciembre no es una más. Se trata del quinto año consecutivo de pérdida ante la inflación y el sexto en los últimos siete años.

 

Según datos aportados por el coordinador del Observatorio de Derecho Social de la CTA Autónoma, Luis Campos, entre 2015 y 2016 se dio una caída salarial de más de 6 puntos, con una leve recuperación en 2017.

De allí en más, hubo huna baja (mínima pero constante) año a año que terminó en 2022 con 21 puntos de pérdida salarial respecto a 2015.

En sus marcas, listos…
Para este año la pauta inflacionaria que anticipó el gobierno nacional en el presupuesto 2023 es del 60%. Los sindicatos ya tomaron nota y a partir de ese dato comenzará el tire y afloje en las negociaciones.

El gobierno provincial ya puso primera y se adelantó al resto de las administraciones nacionales con la convocatoria a docentes, personal de salud y estatales. La gestión de Perotti apuesta a menor conflictividad en un año decisivo para su futuro político.

Pero a juzgar por las primeras declaraciones de referentes gremiales, más específicamente de los voceros de Amsafé, la negociación no pinta nada fácil. Es que desde la central sindical de docentes públicos ya advirtieron que pretenden incluir la cláusula gatillo en las negociaciones.

En respuesta a esa postura, el propio ministro de Trabajo de la provincia, Juan Manuel Pusineri, anticipó el rechazo a esa posibilidad.

El jueves 9 de febrero será el turno de los gremios de la administración central, es decir la Unión del Personal Civil de la Nación (UPCN) y la Asociación Trabajadores del Estado (ATE).

Para la misma jornada se iniciarán las tratativas con la Asociación del Magisterio de Santa Fe (Amsafé), el Sindicato Argentino de Docentes Particulares (Sadop), la Unión Docentes Argentinos (UDA) y la Asociación del Magisterio de la Enseñanza Técnica (Amet).

En tanto, el viernes 10 de febrero las autoridades recibirán a los gremios del sector Salud, la Asociación de Médicos de la República Argentina (Amra) y el Sindicato de Profesionales Universitarios de la Sanidad (Siprus).

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