A julio ya son 13 los casos confirmados. Incluso se detectaron niños con esta enfermedad viral aguda grave que es transmitida por un roedor. Solicitan a la ciudadanía residente en áreas endémicas y mayor de 15 años aplicarse la vacuna. Y a los pacientes recuperados donar plasma, único tratamiento efectivo.
La Ministra de Salud provincial, Sonia Martorano, lo adelantó en conferencia de prensa: «Estamos teniendo un aumento de fiebre hemorrágica en la provincia. De hecho, trabajamos en la recolección de plasma de pacientes recuperados (para tratar a convalecientes), que es el único tratamiento posible, y pedimos a los mayores de 15 años que se vacunen». Según datos oficiales de la cartera sanitaria provincial, en lo que va de 2022 ya hay -a la Semana Epidemiológica 26, que cerró este domingo 10 de julio-, 13 casos confirmados con esta enfermedad: cuatro personas fallecieron.
La Fiebre Hemorrágica Argentina (FHA) es una enfermedad viral aguda grave transmitida por el contacto directo o por inhalación de excretas de roedores infectados: el vector es el calomys musculinus (laucha manchada, laucha del maíz, ratón maicero o colilargo).
Es endémica principalmente en el sur de Santa Fe (departamentos General López, Constitución y Rosario, entre otros). Muy rara vez se reportan casos en el centro-norte, salvo que se trate de personas con antecedente de viaje. También el área de presencia de la FHA alcanza a las provincias de Buenos Aires, Córdoba, Entre Ríos y parte de La Pampa. La mayor prevalencia de esta enfermedad es de mayo a octubre de cada año.
Con respecto a la franja etaria de los pacientes infectados con FHA en la provincia de Santa Fe, no hay variedades significativas: «Es dispar. De los 13 casos confirmados tuvimos niños, algo que nos sorprendió mucho porque no es tan habitual; mujeres de 45 años, varones de 66…», le dijo a El Litoral la Dra. Florencia Galatti, coordinadora de Epidemiología de la Zona Sur del Ministerio de Salud provincial.
Y con relación a los casos detectados en la ciudad de Rosario, «los rosarinos tienen por lo general mucha movilidad: se van los fines de semana a otras localidades cercanas como Roldán o Funes, o viajan a Pérez, donde hay más área rural y prolifera el roedor transmisor», explicó la infectóloga. Es decir, no son casos eminentemente urbanos, sino que hay antecedentes de viaje (a zona rural o periurbana), incluso al sur de Córdoba, el noroeste de Buenos Aires y La Pampa.
Y las consultas son tardías, lo cual dificulta las cosas. «Las personas se dejan estar; no está presente esa necesaria ‘sospecha’ ante un síntoma, que lleve a la pertinente consulta médica. Con un cuadro clínico compatible a FHA -fiebre, dolor de cabeza, debilidad, desgano, dolores articulares y oculares; alteración vascular, renal, hematológica y neurológica- más el foco epidemiológico (geográfico), la gente tiene que pensar preventivamente en la posibilidad de fiebre hemorrágica».