El gobernador jujeño busca posicionarse como defensor del patrimonio, pero avanza con medidas inconsultas en Caspalá y destruye sitios arqueológicos. Un pueblo militarizado, expropiaciones exprés y la destrucción de lugares comunitarios con la excusa de construir una escuela.
Un antigal es un cementerio camuflado entre los cerros. Es muestra del drama final de una raza, las ruinas antiguas de un pueblo extinto, dice el compositor salteño Daniel Toro. La provincia de Jujuy resguarda diversos antigales, algunos conocidos y otros por descubrir. Mientras el gobernador, Gerardo Morales, reclama la restitución del sitio arqueológico Pucará de Tilcara, que fue donado por ley provincial N° 1903 en 1948 a la Facultad de Filosofía y Letras de la UBA, de manera inconsulta arrasa con otras ruinas y patrimonios culturales jujeños.
Retroexcavadoras en Caspalá
La localidad de Caspalá, Jujuy, se encuentra a 3.100 metros de altura sobre el nivel del mar, no tuvo acceso a vehículos hasta el 2008 y hace dos años fue reconocida por la Organización Mundial del Turismo (OMT) de la ONU como uno de los mejores poblados para visitar del mundo. Los intereses políticos y económicos que rodean la gestión de sus tierras se hicieron visibles durante los últimos meses.
La Comunidad Aborigen Pueblo Kolla Caspalá denunció este 23 de enero al gobierno de Jujuy por saqueo arqueológico. Es que en noviembre pasado, Morales militarizó la localidad con más de 50 efectivos -en un poblado de alrededor de 300 personas- y comenzó a arrasar con topadoras y retroexcavadoras las tierras de la familia Cruz Moyoja y las de la canchita del pueblo, expropiadas en tiempo récord para la construcción de una escuela secundaria.
La medida no fue consultada con la comunidad según lo establece el Convenio 169 de la OIT sobre pueblos indígenas ni se realizó un estudio de impacto socioambiental. La familia Cruz Moyoja denuncia que nadie los notificó de la medida ni se acercó a conversar con ellos. Ya existía un terreno destinado a construir la escuela secundaria, la cancha es un espacio colectivo importante, de encuentro y recreación, que fue donado para su uso común. De esta manera, arrasar con la cancha comunitaria y expropiar terrenos para hacer otra, no responde a los intereses del pueblo sino a los del empresariado.
Lucía Apaza, presidenta de la Comunidad, dijo a Originarios.ar que “lo que más nos duele es que tenemos muchos recuerdos vividos y que nos vengan a destruir nuestros recuerdos de nuestros ancestros, porque esto vino desde chicos, la juventud los que venían antes poniendo un granito de arena hasta donde hemos llegado. Ahora porque ellos tienen máquina lo destruyen en un segundo. Pero a nosotros no ha costado años para hacer la cancha”.
Al comenzar a excavar, como había anticipado la comunidad, la maquinaria se dio con restos arqueológicos: cuatro qolqas, depósitos de alimentos que datan de tiempos prehispánicos. Además, destrozó cultivos, sembradíos y árboles autóctonos. Cruz, uno de los pobladores expropiados, dijo que sus animales morirían de hambre ya que habían arrancado los pastizales. El hallazgo arqueológico obligó al gobierno a detener las obras sobre el terreno expropiado pero las máquinas se apostaron sobre la canchita del pueblo, donde ya dio inicio a la construcción del edificio.
Arrasar no es preservar
El discurso oficial sobre el sitio arqueológico fue de celebración, no hubo mención del conflicto y la represión a la Comunidad. “Claramente este hallazgo nos fortalece e impulsa a seguir trabajando en la preservación y la puesta en valor de nuestro patrimonio, ya que una de las principales líneas de gestión del gobernador Gerardo Morales fue desde el primer día trabajar en pos de la revalorización y el respeto por nuestro patrimonio, a partir de proyectos concretos”, dijo la directora de Patrimonio Cultural de Jujuy, Valentina Millón. La nota publicada en la web oficial afirma que “Jujuy preserva y valoriza su patrimonio histórico y cultural”.
La Comunidad Kolla de Caspalá ya había presentado diversas denuncias ante el Ministerio Público de Acusación y Gendarmería. Según publicó Página12, el antropólogo e integrante de la organización Comunidades Indígenas Libres de Jujuy, Gustavo Ontiveros, declaró: “han arrasado con parte de cuatro o cinco estructuras subterráneas que podrían tratarse de tumbas o silos circulares. Además, se destruyeron estructuras de andenes arqueológicos, antiguos. Algunos pueden ser prehispánicos”.
Los pobladores comentaron que al no existir recaudos de seguridad, los trabajadores de Vialidad podrían haber extraído objetos de esas estructuras ancestrales. En este sentido, la abogada Silvana Llanes, representante de la comunidad, afirmó que “respecto a la propiedad de Pablo Cruz, donde se encontraron los antigales, se planteó el robo de objetos que se encontraban en el mismo y los daños causados de forma innecesaria a los rastrojos”.
La abogada manifestó: “vamos a ir a los organismos internacionales porque no se está protegiendo el patrimonio arqueológico, paleontológico de Jujuy. Son pueblos originarios que forman parte histórica de la provincia”. Explicó que la comitiva del gobierno provincial se presentó en el territorio sin cumplir el protocolo de acceso a un sitio de esas características y se retiraron muestras. “Están en flagrante violación de la ley 3866/82 que protege el patrimonio arqueológico», sostuvo. Y volvió a denunciar “este accionar impune del gobierno de la provincia en saquear y violar los derechos indígenas”.
La doble vara de Gerardo Morales
Mientras se sustentan las denuncias por saqueo arqueológico al gobernador Gerardo Morales, éste sostiene un doble discurso no solo en relación al sitio arqueológico en Caspalá sino también al Pucará de Tilcara. Luego de que el presidente de la Coalición Cívica ARI en Jujuy, José María Albizo Cazón, dijera a la prensa “que el Pucará pertenezca a la UBA es una ofensa a Jujuy”, se dio a conocer que Morales habría iniciado acciones para su restitución.
El Fiscal de Estado de Jujuy, Miguel Ángel Rivas, afirmó a Somos Jujuy que “en el mes de septiembre de 2022, el propio gobernador Gerardo Morales, en representación del Pueblo de Jujuy, requirió formalmente a la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional de Buenos Aires, la restitución del Pucará de Tilcara con el museo y demás áreas de valor arqueológico, histórico y cultural, que fueran expropiados por la Provincia de Jujuy y donados a la Facultad de Filosofía y Letras de la UBA, permitiendo que preservara ese patrimonio arqueológico, histórico y cultural tan rico para la Provincia”. Según Rivas, el plan de acción “se inició con una petición formal al decanato y autoridades de la universidad, para resolución directa y urgente, por las autoridades universitaria”.
No obstante, consultada por Tiempo, el área de Prensa de la Facultad de Filosofía y Letras de la UBA afirmó que “no hubo ninguna presentación oficial aún. Lo que circuló fue en medios de Jujuy, es por esto que por el momento la facultad no va a emitir ninguna comunicación sobre el tema porque no hubo ninguna nota formal”. Cabe destacar que el sitio arqueológico Pucará de Tilcara fue entregado en donación por ley provincial N° 1903 en 1948 “con destino a la reconstrucción del mismo y habilitación de un museo”.